Norberto Rosales avanza rumbo al juicio por jurados acusado del homicidio del exjuez de Paz de Bovril, Roberto Curá. Y la última novedad en la causa no lo favorece: esta semana sufrió un revés judicial decisivo. Su defensa pública había pedido excluir una prueba considerada clave por la acusación —un papel hallado en una habitación que Rosales alquilaba en Bovril, supuestamente escrito por él, con detalles sobre el vehículo del exmagistrado—, pero el planteo fue rechazado.

El lunes, el juez del Tribunal de Juicio y Apelaciones de Paraná, Rafael Cotorruelo, denegó el pedido de nulidad del allanamiento realizado el 28 de abril de 2024 en la vivienda que habitaba Rosales. También rechazó la exclusión probatoria del papel con datos del dominio del Toyota Corolla del juez de Paz, evidencia que la Defensa Pública —a cargo de la defensora Nadia Musante— había cuestionado enérgicamente.

El planteo defensivo sostenía que la Policía se había excedido en los límites fijados por la orden de allanamiento dictada por el juzgado de Garantías de La Paz, por lo que pedía anular todo lo obtenido en ese operativo. Sin embargo, Cotorruelo consideró que los efectivos actuaron correctamente, ajustándose a la manda judicial, y que, ante el hallazgo del papel —aunque estuviera en un sitio “inusual”—, procedieron como correspondía, resguardando una evidencia relevante para la investigación.

De este modo, el juez dispuso mantener incorporado al expediente ese elemento de prueba en el marco de la audiencia de remisión de la causa al debate ante jurado popular. Rosales enfrentará el proceso acusado por homicidio doblemente calificado por alevosía y críminis causa, en perjuicio de Curá, encontrado sin vida con signos de violencia en su vivienda el 23 de abril de 2024.

A Rosales se le atribuye que "no pudiendo ser establecida con precisión la hora, pero aproximadamente a las 5 del 23 de abril de 2024, ingresó a la finca sita encalle Eva Perón N º 1.599 de la localidad de Bovril -habitada por Roberto Curá y su esposa Violeta Elena Pereyra-, haciéndolo por el patio de la misma, y con la finalidad de sustraer elementos de valor, ingresó al quincho de la vivienda, lugar en el cual fue sorprendido por Curá, y lo atacó propinándole golpes de puño y puntapiés en distintas partes de su cuerpo, causándole traumatismo craneoencefálico grave, lesiones contusas de distinta complejidad en cabeza y rostro, y extensa hemorragia sub-aracnoidea, lo cual determinó su muerte”.

Y agrega que todo aquello ocurrió “con la finalidad de procurar su impunidad -al ser descubierto en su accionar por el morador de la vivienda- y aprovechándose especialmente del estado de indefensión de Curá, quien contaba con una edad avanzada, y posibilidades limitadas de defenderse ante lo sorpresivo de la situación. Finalmente, se introdujo a una habitación de la vivienda y sustrajo del interior de la misma un arma de fuego antigua, tipo pistolón, con cañón de aproximadamente veinte centímetros”.