Un joven papá de 32 años, estudiante del Profesorado de Educación Física, resultó herido al incrustarse un hierro en el pie, en una obra en construcción ubicada en la Costanera de Santa Elena, cuando intentaba ayudar a un vecino que estaba trasladando una embarcación la tarde del sábado 20 de julio. En diálogo con La Sexta, relató la odisea que debió atravesar, las ideas y vueltas en la atención médica, la falta de medicamentos en el nosocomio local y como todo ello derivó en una tremenda infección que lo llevó, por iniciativa propia, a ser trasladado al Hospital San Martín de Paraná, donde permanece internado.
A 13 días del accidente, Walter Gutiérrez, que todavía desconoce cuáles serán las secuelas del hecho, contó que el hierro que se clavó "tiene entre 10 y 12 centímetros", "estaba oculto por los yuyos" y pertenece a "una construcción a medias para una supuesta bajada de lanchas" de la Municipalidad de Santa Elena.
Dijo además que la situación quedó registrada en una exposición policial radicada en la comisaría local y que por otra parte, "en la semana se le enviará una carta documento a la Municipalidad para mediación, viendo y considerando que es esa la única alternativa de comunicación".
"Esa construcción deja expuestos hierros peligrosos para cualquiera y más cuando hay crecidas porque queda bajo agua, cuando muchas personas deambulan por la zona a diferentes horarios con sus embarcaciones desconociendo la peligrosidad de una obra que no tiene perimetral ni señalización. Diría que por suerte me pasó a mí, y no a alguna criatura", concluyó.
EL RELATO COMPLETO
"El sábado 20 de julio a las 18 estaba en la costa con mi familia y unos compañeros por el Día del Amigo, en donde anclan las lanchas, al lado del muelle, frente a Prefectura. En eso veo que un muchacho estaba tratando de llevar a la calle una canoa con trailer tirado por su vehículo, pero no lograba dominarlo: empezó a recular la embarcación, complicando así al señor que lo ayudaba empujando el trailer.
Entonces decido ayudarlo, pero entre donde yo estaba y el muchacho, hay una construcción a medias de una supuesta bajada de lanchas. Por la urgencia de la situación, paso por esa obra y por desgracia, piso un hierro de 10 o 12 centímetros que estaba oculto en unos yuyos. La herida fue profunda porque por el relieve del lugar, me precipité a apoyar todo el peso en un pie, el derecho.
Mi suegra me cargó en su vehículo y me llevó al hospital local, donde me atendió la Guardia. Me inyectaron la antitetánica, un calmante y me limpiaron superficialmente la herida, sin indicarme ningún tipo de remedio. Cuando pregunté si tenía que tomar antibióticos o calmantes, me dijeron que sí, pero que en el hospital no había.
Me dirigí a casa y empecé con calmantes y antibióticos porque pregunté en la farmacia cada cuánto se debía tomar. El domingo no tenía medio de transporte, por lo que hice curación domiciliaria.
El lunes me dirigí al municipio para solicitar hablar con algún representante de las obras. El pedido llegó hasta el secretario del intendente, que le dijo a mi señora que solo podía brindarme una placa en el Materno, que es lo que estaba a su alcance, y que deje los datos para que alguien se comunique conmigo, cosa que jamás pasó.
Hice la placa, la llevé al hospital y por los dolores, me inyectaron otro calmante. Me dijeron que los antibióticos que estaba tomando estaban mal, que comprara otros. Los compré, los tomé, pero esa misma tarde, el dolor era insoportable, lo que me obligó ir de nuevo al hospital, y me dijeron que ahí no había nada.
Así que pedí que me derivaran a La Paz, lo conseguí, fui y allá me dijeron que eso estaba tomado, que viera al traumatólogo urgente, que el martes temprano atendía en santa Elena. Volví y saqué turno, le mostré la placa. Para esto, yo ya estaba internado porque a las 2 de la mañana de ese día me retorcía de dolor.
El traumatólogo me vio la placa y el pie al mediodía y me dijo que no tenía nada, que iba a cambiar el antibiótico por uno más fuerte, pero que tenía que comprarlo porque en el hospital no había y el jueves íbamos a ver la evolución. Buscamos en las farmacias y no lo conseguimos, nos decían que ese medicamento trabaja directamente con los hospitales. Así que como esperar de martes a jueves no era buena idea, rogamos el paso al San Martín de Paraná.
Luego de exigir prácticamente, se logró el traslado, y arribamos a la capital entrerriana alrededor de las 19. Automáticamente, me internaron a pesar de la escaséz de camas. El pie estaba complicado, me dijeron que esperar al jueves era ilógico y negligente, que un día más y la infección hubiese llegado a zonas complicadísimas, más aún.
Así que internado, a las 21 me hicieron laboratorio y a las 7 de la mañana el miércoles estaba en cirugía, drenando cantidades abundantes de infección. Quedé a disposición de Traumatología.
Mientras, en santa Elena mis suegros y esposa buscaban representantes o respuestas a la urgencia que estábamos pasando, intentando hablar con alguien, escuchando excusas tras excusas cada vez más improvisadas. Así hasta el día de hoy, 2 de agosto.
Sin saber todavía una fecha definitiva de alta, cada vez estoy más complicado económicamente, debido al tiempo de recuperación y ni hablar de mis responsabilidades laborales, institucionales, familiares. Soy estudiante del Profesorado de Educación Física, trabajo en conducción de radio, albañilería y doy clases a chicos y en centros locales; esto me desliga totalmente de todas y cada unas de mis actividades, por lo que me siento impotente y dejando a mi familia a la merced de las necesidades: mi señora -estudiante también-, mi hija de 10 años y mi bebé de 11 meses.
Ayer fue mi cumpleaños y ni cabeza para recordarlo tenía, que si no fuese por el saludo de mis familiares, no me percataba de la fecha. Se hizo una exposición en la comisaría, se habló con diferentes concejales, se siguió incansablemente la pista del intendente y Amílcar Genre Bert, pero sin respuestas".
LAS FOTOS DEL HECHO


























